Cooperativas y economía
Nelson Torres
Investigador del Instituto del Perú
Hace algunos días me llamó la atención el estado de WhatsApp de un amigo. Tenía una imagen de Joseph Stiglitz, premio Nóbel de economía del año 2001. Al pie de su fotografía encontré el texto “las cooperativas son la única alternativa al modelo económico fundado en el egoísmo y que fomenta las desigualdades”. Me quedé pensando en el tema. Me pareció una frase fuerte y motivadora para reflexionar. Pero, lamentablemente, las obligaciones corrientes y cotidianas me desengancharon del tema. Hoy lo retomé.
Cuando volví al tema, el estado de mi amigo se había borrado. Recurrí a la herramienta mágica. Googlee “Stiglitz” y “cooperativas”. El primer texto que me apareció fue el que cité arriba, que palabras más, palabras menos, era el que recordaba. Fueron dichas por Stiglitz en la Tercera Cumbre Mundial de Cooperativas, celebrada el año 2016 en Quebec City. Seguro que un evento cooperativo era el momento ideal para una declaración política de ese tipo, por lo demás, acorde con el ideario de Stiglitz.
Me llamaron la atención otras dos frases de Stiglitz, dichas durante el mismo evento. Quizás un poco menos políticas y más en el plano estratégico. La primera “las cooperativas son el modelo que mejor puede enfrentar los riesgos de una economía que será cada vez más volátil” y la segunda “la economía social basada en la solidaridad y la cooperación es el modelo más adecuado para el futuro”. Si bien coincido en parte con ambas afirmaciones, no las consideraría una verdad absoluta.
Soy un convencido que el modelo cooperativo tiene sumo valor en un mundo cada vez más dominado por las grandes empresas y corporaciones; pero no creo que el modelo cooperativo sea el que mejor pueda afrontar los riesgos de la economía actual. Probablemente sean las grandes corporaciones, con inmenso poder económico y gestión profesional, por no hablar de su capacidad casi infinita de cabildeo, quienes tengan mejores opciones de supervivencia. Las cooperativas con su modelo de gestión democrática y consensuada no necesariamente estarían preparadas para una situación de crisis, donde las decisiones se deben tomar rápidamente, muchas veces con información incompleta.
Tampoco podría afirmar que necesariamente el modelo cooperativo es el más adecuado para el futuro. Resulta evidente que sin cooperativas (o cualquier otro modelo de economía solidaria y asociativa), los pequeños y medianos empresarios están condenados a posiciones marginales en la economía y retornos cada vez más exiguos, en beneficio de las grandes corporaciones, cada vez más “eficientes”. Cada vez es más evidente que la concentración de la economía en grandes corporaciones reduce las posibilidades de un desarrollo más armónico y una distribución más justa de los beneficios. Por otra parte, las innovaciones que han sido el motor del desarrollo tecnológico y económico de los últimos 100 o más años, han sido disruptivas y, salvo excepciones, vinculadas a iniciativas individuales y al emprendimiento de personas que arriesgaron e iniciaron procesos que terminaron en algunas de las grandes corporaciones de hoy en día. Para no ir muy lejos en el tiempo, los gigantes tecnológicos de la actualidad son resultado final de emprendimientos. No recuerdo una innovación disruptiva proveniente de la economía solidaria…
Para descargar la versión completa del artículo, dar clic aqui