Coloquio Ciencia y Sociedad: “Asociatividad, Mercados y Políticas Públicas”
Por : Richard Webb *
Director del Instituto del Perú – Universidad San Martín de Porres
Hay una forma de mirar nuestra sierra muy influyente en el último siglo, que ha afectado cómo los gobernantes y el país han pensado la sierra, y han condicionado el tipo de intervención. Cuando traté de entender la pobreza de la sierra, a lo largo de varios años, deambulando por zonas muy pobres y distantes de la sierra, regresé con una idea muy distinta a lo que yo había pensado. Vi un proceso de cambio que se estaba dando y que nadie estaba viendo. Las propuestas y explicaciones que se daban sobre la sierra estaban desconectadas con la realidad que yo veía.
Una manera de ilustrarlo es lo que hemos visto hoy: casi todo ha sido referencia a lo rural y la agricultura. Pero la economía de la sierra es 67% urbana, 33% rural. La agricultura es una actividad minoritaria para el sustento económico de la sierra. Es una realidad muy nueva. Hace
30 años la sierra era principalmente rural y agrícola. Se ha producido una revolución en la sierra. No lo veo captado en los escritos. Si el tema es la sierra, tenemos que mirar más de cerca qué es esta economía urbana. La población es ahora es más urbana que rural, casi mitad mitad. Pero la productividad es mucho mayor por persona en las zonas urbanas. Ello indica que se ha venido dando un cambio extraordinario. Quizá porque estamos atrapados en la imagen que siempre hemos tenido.
No es sólo urbanización y generación de actividad no agrícola. No sólo es cambio, sino también dinamismo económico, que ha hecho que la elevación de los ingresos en los últimos 20 años más rápidamente que en el resto del país, según la ENAHO. En la sierra el ingreso de la población de la sierra ha sido al 2.5% al año, casi dos veces más que en Lima. Por eso, no concibo formas de apoyo a la sierra sin considerar estos datos. Hay que entender de dónde viene esto. No es sólo una cosa monetaria. Hay medidas de calidad de vida que han mejorado más que en otras partes del país. Una muestra es la mortalidad infantil, que ha bajado a 18 por mil, la mitad de lo que era; lo mismo ocurre con la pobreza monetaria.
¿Qué tiene que ver con la asociatividad? También se ve un panorama extraordinariamente dinámico. Las comunidades han sido la organización que ha merecido muchos estudios y forma parte central de nuestra idea de lo que es la sierra. En los últimos 20 años ha habido una proliferación de comunidades. En Acobamba había 42 comunidades; ahora hay 153. No son
familias que están desde la colonia ¿de dónde salen las nuevas comunidades?.
De otro lado están las cooperativas. Aquí hay una historia al revés: la Reforma Agraria creó muchas cooperativas, pero fueron rechazadas. Otras cooperativas no salieron de la reforma agraria. Han habidos olas de cooperativas que luego se disuelven, pero hay algunas que sí funcionan bien. Es como otra historia que no se entiende como se debería. Cuando nos sentamos a pensar que haremos para ayudar a la sierra, lo primero que se ocurre es formar cooperativas u otras asociaciones. Deberíamos mirar también el aspecto gubernamental, en donde ha habido una explosión de presencia de niveles de gobierno con la descentralización, desde gobiernos regionales hasta centros poblados (municipios que no reciben dinero directamente del tesoro público, pero se las arreglan). Estos son un actor más del gobierno. Este tema de asociatividad formal de los mismos pobladores hay que verlo junto con estas nuevas instancias de gobierno. Esto ha llegado junto con un proceso, separado y distinto, físico de infraestructura de conexión, con una multiplicación de caminos, de vehículos, de electricidad, de teléfonos. Hay una estructura comunicativa que ha revolucionado la vida multiplicando la relación entre personas y negocios, y la presencia del Estado. Todo esto ha ocurrido en diez o veinte años. Todo esto debe ser considerado si es que se quiere ayudar a la sierra.
Para mí la vida económica en la sierra es mucho más parecida a la vida económica del resto del país, en lo que se hace y an las formas, que incluye la normatividad que regula los negocios, y también muchos elementos informales; y sucede los mismo en los países más ricos, más sofisticados, junto con una estructura institucional, con relaciones de confianza. Todo esto se ha ido generando en el país, es un capital extraordinario, que es la base para mejorar esa economía. Lo que planteo es que estamos muy atrasados en la curva de todo lo que se ha estado dando en la sierra. Debemos conocer más de lo que hasta ahora entendemos.
*Máster en Economía y Geografía de St. Andrews University en Escocia; Doctor en Economía de Harvard University.
Ha ejercido como Gerente de Estudios Económicos BCRP 1963-69.
Profesor visitante en Princeton University 1971-1975.
Economista del Banco Mundial 1975-80
Presidente del BCRP 1980-85 y 2001-2003.
Investigador de Brookings Institution y co-autor de la publicación “El Banco Mundial: Historia de su primer medio siglo”.
Director del Instituto del Perú de la Univ. San Martin de Porres
Columnista de El Comercio y otros medios desde 1982
