El futuro de los servicios financieros
Patricia Inga
Hoy sabemos, grosso modo, que sólo uno de cada tres microempresarios ha recibido un crédito, que existen alrededor de 12 millones de cuentas de ahorro, y que según señala la Superintendencia de Banca y Seguros, entre un 40% y 50% de la población económicamente activa no tiene acceso aún a servicios financieros. ¿Por qué?
Por otro lado, sabemos también que existe una demanda no satisfecha por servicios financieros. La oferta, sin embargo, está limitada por la geografía de nuestro país y la amplia dispersión de parte de la población en las zonas de sierra y selva. Ello nos lleva a formular una segunda pregunta: ¿cómo podemos llegar a esos millones de peruanos que aún no tienen acceso a servicios financieros básicos?
Una respuesta podría estar en el desarrollo de servicios financieros a través de celulares, el uso de la llamada “banca móvil” y “empresas de dinero electrónico”. El primero es el servicio financiero que usa como canal de distribución-transacción el celular, teniendo como respaldo cuentas o líneas de diverso tipo en algún banco; mientras que la segunda ofrece una serie de servicios financieros través de celulares, teniendo como respaldo dinero debidamente identificado y depositado, que puede tener o no una cuenta bancaria aparejada a su uso.
Si bien la banca móvil viene usándose desde hace algún tiempo en el país, la Superintendencia de Banca y Seguros y el Poder Ejecutivo han propuesto al Congreso una ley que reglamenta su uso el país y el desarrollo de las empresas de dinero electrónico. Algunas cifras alientan esta iniciativa pues según OSIPTEL a septiembre de 2009, existían 23,5 millones de celulares en nuestro país.
Países que han avanzado en el uso de la telefonía celular como canal de distribución de servicios financieros, como son Kenya y la India, presentan cifras sorprendentes de cómo este canal puede transformar los servicios financieros en el futuro. En Kenya, reconocido como el país con mayor avance en este sentido, después de más de cinco décadas de desarrollo de servicios financieros mediante los canales tradicionales de la banca, sólo el 22% de los hogares tenían acceso a servicios financieros. Al segundo año de implementación de estos servicios vía celulares, el 38% de los hogares tenía acceso a los mismos.
Esas innovaciones, sin embargo, han sido resultado de investigaciones sobre los hábitos de consumo de los clientes, y cómo estos se ven afectados por sus ingresos, nivel educativo, usos, costumbres y creencias en relación a la tecnología y los celulares en particular. Ante ello, cabe preguntarse ¿Cuánto sabemos de estos determinantes de uso y consumo en el caso de los peruanos? ¿Cuán diferentes son de región a región?¿Cuántos de los usuarios de celulares estarían en capacidad y tendrían la confianza de realizar transacciones financieras a través de ellos?
En cuanto a cobertura, aún queda mucho por hacer, pues si bien existen 23,5 millones de celulares a setiembre de 2010, sabemos que ello no representa exactamente el numero de usuarios y que la distribución a nivel nacional, sigue siendo bastante dispareja, pues de ese total de celulares el 49% eran de Lima, el 5,6% de La Libertad, el 5,4% de Arequipa, el 4.4% de Piura, el 4,1% de Lambayeque, el 3,8% de Junín y el 3, 6% de Cusco y Puno.
Estos temas entre otros, son a los que deberán responder las entidades financieras y las empresas de dinero electrónico que se interesen en desarrollar productos y servicios vía celulares, así como la Superintendencia de Banca y Seguros en su labor de garantizar efectivamente el acceso y uso adecuado y confiable de estos nuevos servicios.
Publicado el 31 de agosto de 2010.