¿Recuperación?

Richard Webb

El PBI peruano no se está recuperando. Tampoco se puede decir que “crece pero a un menor ritmo”. Más bien, desde hace seis meses la economía se viene achicando. El índice del PBI total anunciado por el INEI ha descendido, mes a mes, desde su nivel pico de 198.6 en setiembre 2008, a 190.5 en marzo 2009, una reducción acumulada de 4.0 por ciento. La tendencia descendente del PBI se confirma en las cifras de varias de las actividades productivas de mayor peso. En ese mismo periodo, por ejemplo, el índice de producción manufacturera se redujo de 189 a 174 (-7.9 por ciento), y el índice del comercio de 211 a 193 (-8.6 por ciento). Y en los últimos siete meses, la producción de cemento se redujo de 625 mil toneladas métricas en setiembre 2008 a 525 mil TM en abril 2009, (-16 por ciento). Lo que se vive desde setiembre 2008 no es una mera desaceleración. Cuando antes se avanzaba, ahora se retrocede.

 

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Ante la abundante evidencia de un retroceso sostenido, ¿por qué se repite a diario que el Perú se está salvando de la recesión mundial, que avanzamos aunque a un menor ritmo, e incluso, que ya empezó la recuperación? El error se puede explicar como efecto de una incultura aritmética, que se refleja en la costumbre irreflexiva de reportar estadísticas sólo en la forma de comparaciones con el mismo mes del año anterior, práctica inocua en tiempos normales, cuando las tendencias son graduales, pero insensata cuando se vive un giro repentino, como es el crac actual de la economía. Cuando las circunstancias exigen una comparación más actualizada del PBI, es necesario recurrir a las estadísticas desestacionalizadas, en las que se toma en cuenta que hay meses cortos y largos y momentos de cosecha o de alta venta. Según el Manual de Metodología del Índice Mensual de la Producción Nacional del INEI, los expertos internacionales recomiendan el uso de indicadores desestacionalizados porque “permiten saber lo que está pasando en la economía en el corto plazo”.

 

Otra causa de error es la resistencia ante la verdad. En el contexto de un pánico financiero es entendible que las autoridades y los portavoces del sector financiero se dediquen a tranquilizar, y son justamente esas fuentes las que dominan el flujo de información y análisis de la macroeconomía. También están presentes el sesgo político y la renuencia del empresario a publicitar sus momentos difíciles. Si bien es indudable que la recuperación llegará, la espera será más corta si reconocemos la situación actual con los ojos abiertos.

 

Publicado en El Comercio, 22 de mayo de 2009.

 

 

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