Maestros y médicos del Estado. ¿Al servicio de quién están?

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Instituto del Perú de la Universidad de San Martín de Porres
Agosto, 2007
Richard Webb y Sofía Valencia
34 páginas

 

Las deficiencias en la provisión de educación y salud públicas son producto de un proceso de ajuste histórico y humano. Proceso que no resulta fácil de revertir, y que se inició por una crisis fiscal que obligó a una reducción sustancial de los salarios reales de todos los servidores públicos. Pero la senda seguida por esa crisis, y en especial la degradación de la carrera pública, también fue consecuencia de la debilidad institucional. La baja productividad, la mala calidad y un sesgo contrario a los pobres en la salud y la educación se han enraizado en las instituciones, en la forma de comportarse y en los planes de vida y trabajo, que incluyen estrategias centradas en fuentes adicionales de ingresos mediante un segundo empleo, negocios paralelos, malversación y corrupción. La reforma requiere el surgimiento de una nueva fuente exógena de presión con suficiente fuerza como para superar las preferencias de adaptación de los actores actuales.

 

No es probable que la dependencia de incentivos monetarios, como los incrementos salariales generales, o de incentivos mediante bonos para metas espedficas, mejoren la provisión de educación y salud públicas sin:

 

(i) un fortalecimiento institucional, especialmente una mejor aplicación de la disciplina laboral basada en estándares verificables y una mayor participación de una clientela más informada; y

 

(ii) una reconstrucción de la carrera de servicio público de docentes y profesionales de la salud como parte de una reforma más amplia de la administración publica, que permita volver a la evaluación, la selección basada en méritos y la promoción, amén de otros elementos estándores del desarrollo de la carrera.